jueves, 14 de noviembre de 2013

Me gustan Los Simpsons

Un estudio serio demostró que el 80% de los argentinos no sabe qué significa la "B." de Juan B. Justo, y que el 90% de los que lo saben se regocijan y bailan mucho cuando tienen la oportunidad de demostrar su sapiencia. 
Al otro 10% le preocupan más las pirañas.

Claramente

El que se acuesta con niños amanece mojado, y probablemente preso

Por favor, colaboremos:

Te juntás con alguien, la pasás re bien, te despide sonriendo y con la promesa de volverte a ver, hablás genial por chat o por celular los siguientes dos o tres días y, de golpe, te ignora. O peor, te contesta re contra re cortadx, y cuando le preguntás si pasa algo evade el tema.

Loca, prefiero que me digas que te parezco un pelotudo o que solamente fue buena onda de un rato la que tuvimos y que no querés verme hasta el fin de los tiempos, a que me tengas esperando como un gil para saber qué pasa.

Las víctimas de esta práctica pedimos encarecidamente que dejen de hacerlo, porque nos hieren y nos ponen muy tensos durante varios días.

Recuerden que no están obligados a querer al otro, eviten estas situaciones.

Gracias, atentamente

Tomás Bitocchi

La mujer del AK-47

Tocan el timbre del estudio:

-Estudio, buenas tardes.
-Hola.
-Hola señorita, ¿en qué puedo ayudarle?
-Sí, ¿vos tendrás mi edad, no? No es de entrometida, es que me gusta tu voz.
-¿Qué edad tiene usted?
-Veintiuno 
-Efectivamente, tenemos la misma edad.
-¿Podrías bajar un ratito a abrirme?
-¿Tiene usted una cita programada? Si no la tiene no puedo bajar a abrirle.
-Sólo quiero preguntarte si creés que a los hombres les gustan las mujeres policías o soldados.
-No creo que eso sea influyente, entiendo que depende de la química que exista entre los dos. Aún así, no puedo abrirle la puerta.
-¿Sabías que tengo un AK-47 en casa? No sé si oíste hablar de ese rifle soviético, lo tengo por seguridad, no sé, me gusta tener la posibilidad de destruir al que me quiera hacer daño...
-Enseguida bajo.

¿Me regalás tu estado?

Y me dije que iba a dejar de estarte encima
que pedirte cariño destrozaba mi autoestima

Es que me cansé de ofrecerte todo de mi vida
para que siempre me mandaras a hacer fila

Uffff

Recién a un tipo en vez de decirle "chabón" le dije "choclo". 
Tengo que dejar de pensar en acné

Los capos del saber, egoístas

Señor/a, si le molesta la ignorancia, eduque al que no sabe en lugar de renegar de su falta de conocimientos. Colabore para un mundo más gentil, y deje de regocijarse en su sabiduría, que es más útil si se comparte.

Atentamente, Dirección General de los Idealistas

¿Cuál es el sentido de esta publicación?

-Tener un hijo siempre es una bendición.
-Menos para mí.
-¿Por qué decís eso boluda?

Pegar como texto sin formato

Que nadie te diga que le pertenecés, tu libertad sólo vos la merecés.

Es raro...

Pero terminé contándole a todos que esperaba volver a casa sólo para hablar con vos. Soñaba con encontrarnos un día, con ver juntos caer el Sol.

Queso, mi amor

Yo te pedía un beso
y vos siempre querías queso
flaca, dame un poco de amor
que me voy a quedar sin un peso

No por ahora

-Eu, me gustás
-Gracias 
-¿Nada más para decirme?
-No por ahora
-¿Segura?
-No por ahora

Las chicas lujosas

-El otro día un flaco me invitó a salir
-¿Y? ¿Qué onda?
-Le dije que no, no tenía auto para llevarme
-¿No tenía? Qué fraca...
-¡Sí! y encima quería que fuéramos al parque a pasear... ¿Qué soy el perro? ¡Pagate una cena en algún lugar lindo!
-Y caro... jaja
-Jaja ¡totalmente! 
-Ya no quedan hombres que valgan la pena

¿Turbio?

Cualquiera que empiece a las piñas, puede terminar a los besos.

El chico

-Estábamos sacados, poníamos música lo más al palo que podíamos sin que se rompieran los parlantes, porque teníamos un equipo de mierda, saturaba todo el tiempo. Después gritábamos arriba de las canciones. A veces desafinábamos, pero porque no prestábamos atención a lo que hacíamos. Seguíamos como si nada, a ella le daba gracia mi euforia, yo golpeaba la mesa todo el tiempo, y también levantaba los brazos: Me sentía un dictador, poderoso e intocable. Ella miraba, miraba y reía, estaba drogada, y creo que yo también.

Primavera down y gris,


Oh primavera, mirá qué gran rencor
esa chica dijo que me quería
y de golpe me dejó sin razón

Me quiere, no me quiere, hoy no hay pétalos ni flor
tampoco espinas que corten mis manos
Aún así, mis dedos están ensangrentados
y es que sostengo todavía, mi maltrecho corazón

Un saludo a todos los que estrujan el alma ajena entre sus dedos

Quizás

Tal vez yo estaba un poco loco
quizás ella no era la misma
pero incluso con la más rara premisa
sus besos me hacían flotar un poco

No sabía que sentarse conmigo fuera un infierno

Qué emociones confusas deja ese momento en que viajás con alguien sentado al lado tuyo y, apenas se desocupa un individual, tu compañero/a de asiento te abandona casi corriendo para quedarse solo y sin vos.

Habría que hacerle una escena: "¿TAN MALO ES SENTARSE CONMIGO? ¿EH?"

POR FAVOR no lleven esto a un extremo de violencia e intolerancia

Yo creo que a las mujeres no les jode tanto que les acosen online, sino que el acosador no tenga dos dedos de frente. Que el tipo esté todo el tiempo con "qué hacés?", "qué contás?", "sos re linda, je", "y si nos vemos? je", debe ser totalmente aburrido. 

Por supuesto que hablo de los inofensivos, no de los que te amenazan y te intentan encontrar personalmente.

Atención:

Este es un llamado a la colaboración, para menguar el sufrimiento:

Por favor nunca olviden que el que está mal no es el abusado, sino el que abusa. Aplíquese tanto a bullying, violencia de género y cualquier tipo de conflicto que se les ocurra pero, por favor, no lo olviden. 
No sean como los imbéciles que cuando un nene acosa a otro dicen "¡ay pero son chicos!", ponen sonrisita de idiotas y agregan "además ese es medio rarito...", mientras señalan al chico que sufre la agresión y se les derrite la cara porque el cerebro carburó mucho al hacer esa acotación.
Tampoco caigan en el atentado interpretativo de asegurar que si a una chica la manosean, le gritan, o la siguen en la calle (o lo que fuera, hay 3209 ejemplos de cómo los tipos le rompen las bolas a las mujeres) es porque ella se vistió "provocativa", y seguramente "está buscando eso", además de "por algo se viste así, si no iría más tapadita".

Por favor no sean así, no les pido que sean híper progres y quemen la iglesia universal de los brasileños chantas para después tomar su sangre en vasitos de plástico descartables, sólo que no sean y que abofeteen a los pelotudos que justifican a los abusivos.


Suyo en libertad, 

Bito

Realidad de forma

No me culpes si me excito cuando te beso
es que el movimiento de tu boca me enloquece
perdón si a veces te parezco un poco banal
pero tan sólo pensarte, mis huesos estremece

Y eso es lo que más me gusta

No me fijé en tu cuerpo ni tu ropa
a mí me gustaba más lo que decías
y bien sabés que puedo escuchar todavía
el sonido hipnótico que salía de tu boca

JA

Me da soberanamente por las bolas la idea de "ponerle onda" a algo, hay cosas que son una mierda y punto.

Te quiero perdonar. Aunque no me corresponda.

Loca, tocate una canción
dame un beso y una razón
para olvidar que alguna vez
vos me rompiste el corazón

Intensos

Lo malo de ser "intenso" es que la gente te califica de "exagerado". Y si empezás a quererle mucho de golpe, probablemente te deje de lado.

¡Y está tan gris este día!

Nunca me dijo que yo sufría por cosas que no le importaban. Tampoco me avisó que yo le era prescindible, que cuanto más me acercaba, más me detestaba.

Yo lo sabía, y no lo creía. No podía entender cómo lo mejor de mí, era lo peor de su vida.

Con entusiasmo asumí mucho tiempo cosas que no me correspondían:
Sé que voy a perder todo de ella.
Y está tan gris este día...

Este poema es para vos

No soy un tipo grande ni tampoco un ser de libros, no sé mucho de nada, pero puedo darte la sensatez que me tiene en vilo:

Contagiame tus ideas, 
ponete a charlar conmigo
que yo admiro tu inteligencia, 
y no escucharte me parece un desatino

Explicame por qué me gustás tanto
contestame por qué me asusta siempre
creer que no voy a estar en tu destino

Contame qué hacer con el tiempo perdido,
cómo extrañarte sin ser desmedido
porque sólo tengo un querer fulgurante
y el deseo de que siempre seamos amigos

Hermosa, vos

¡Qué evidente es tu belleza!
¿Y yo qué puedo hacer?
Si no puedo tocarte
no quiero volverte a ver

"Qué dañino sos"

Dejen de inventarse excusas, si no te habla es porque no te necesita

Te cuento que...

Lo que más me gusta de vos es que sos mejor que yo.

Oda al ángel

Le escribí un extenso poema
y por horas lloró de tristeza
estaba totalmente avergonzada
de que un idiota como yo
se hubiera enamorado de ella

Racismo y competencias

-Tenés que parar con esos comentarios, ya me molestan.
-¿Por qué te molestan? A vos no te estoy agrediendo.
-No a mí, pero a cualquiera que pasa por la calle.
-Ni siquiera, únicamente a un selecto grupo social, sólo a los negritos.
-¡NO LOS LLAMES ASÍ! Racista.
-El racismo es natural, y está totalmente justificado. No voy a sentirme avergonzado por algo normal.
-Qué manera de decir sandeces.
-¿Sandeces? ¿En serio? ¿No te parece natural asimilar la delincuencia y el peligro con ese tipo de gente? ¿No ves coherente que, si los que te roban, aprietan, o molestan, son siempre morochitos y mal hablados, tengas cierto resquemor cuando pasás cerca de alguno?

-Claro que no, eso es puro racismo, el racismo viene del odio. Cada persona es como es, sin importar el color de la piel ni la forma de hablar. Y si te roban o molestan es culpa tuya también.

-Explicame, ¿cómo es eso?

-Sí, porque vos te quejás y nunca ayudás a que ellos vayan a la escuela, aprendan un oficio, consigan trabajo, entren a una vida mejor.
-¿Y no es factible que estén conformes con su elección de vida?
-Ay por favor, ¿vos te pensás que ellos quieren ser delincuentes?
-Claro, ¿por qué cometerían delitos si no quieren hacerlo?
-¡POR NECESIDAD! No puedo entender que no te entre en la cabeza, son personas iguales a nosotros, el problema es social, necesitamos ayudarnos entre todos para equiparar las oportunidades.

-Está bien. El otro día le pegué a mi novia.

-¿Qué? ¿Te volviste loco?
-No, es que estaba enojado porque en el trabajo me despidieron.
-¿Por qué te despidieron?
-Recorte de personal.
-¿Y qué tenía que ver tu novia con eso? ¿Qué culpa tiene la pobre chica?
-Porque estaba enojado, quería golpear para menguar mi impotencia.
-Estás muy mal, realmente.

-¿Vos te pensás que yo quiero ser golpeador? Lo hice por necesidad, el problema es social.

-Podría refutar eso fácilmente.

-Apuesto a que sí, pero también podrías intentar justificarme, como hacés con ellos. Si me roban es culpa de la sociedad que no se ocupa, pero si yo le pego a mi novia soy un enfermito que se la agarra con una persona inocente.

-No entendiste nada.

-Claro que entendí, si soy pobre puedo desentenderme de los parámetros de convivencia.
-Me tengo que ir, me apena mucho que estés encerrado en tu postura.
-Hasta mañana, compañero.

NO ME DIGAS!

Tantos libros de auto ayuda para que todos concluyan en que la solución es enfrentar tus problemas.

Situación en la escalera que baja al subte D en Cabildo y Juramento



Hora pico, la mecánica está en reparación, la única disponible es la convencional.
Al mango de gente, el descenso avanza muy lentamente... ¿Qué pasa?

Una chica lleva de la mano a su hija, muy chiquita, mientras el padre espera al pie de la escalera con los brazos abiertos y una sonrisa llena de amor. 
Llegando a los últimos escalones, un par de personas se le escabullen por el costado a la madre y la nena, desestabilizándolas un poco, a lo que el padre reacciona:

-A la gente no le importa nada -comenta en voz alta, enojado.

La gente sigue pasándole por al lado a su esposa e hija. Reitera:

-A LA GENTE NO LE IMPORTA NADA.

Una piba con anteojos oscuros replica:

-A vos no te importa nada, que ponés a tu hija a bajar la escalera cuando está lleno de personas apuradas.

-¿Ves cómo no te importa nada? Es una nena aprendiendo y vos te ponés a hablar de apuro. Pendeja de mierda -contesta, corriendo la boca para el costado.

-¿Qué te creés el dueño del subte, imbécil? ¿Por qué no la bajás en brazos y le evitás la demora a todos? Pelotudo -arroja y se va.

-Qué mierda que es la gente -termina diciéndole a su esposa, y sigue su marcha.

Fatalista consciente

Le pedí perdón por mi inconstancia
por mis pocas ganas de vivir
es que todo termina en tragedia
y de otra forma no lo puedo concebir

Epic piropE

Estás más fuerte que televisor de geriátrico

No entiendo...

  • A la gente que se horroriza cuando alguien se pone en pedo... ¿Acaso alguno toma para quedar sobrio?

No nos daba el cuerpo para el amor

La vi en el rincón, tirada y muy pasada. Estaba colgada viendo la nada, tenía el pelo un poco enredado, y el delineador se le había corrido lo suficiente. 
Terminé por acercarme y le pregunté qué pasaba. Me miró como si no me encontrara, y confesó que moría de ganas de excederse un poco más. Le traje algunos vicios y, ella, cada vez más y más arruinada. 

Quedé sorprendido al darme cuenta que hacía mucho tiempo no hallaba una chica que así de tanto me gustara.

No confundir

  • Cagón es el que quiere hacer y no hace. El que no hace porque no quiere simplemente no le pintó.

La respuesta al problema social en dos líneas de diálogo

-La sociedad no progresa porque hay un montón de gente con sueños que pasa ocho horas al día haciendo un trabajo que detesta y la hace sentir vacía
-Callate y seguí limpiando pendejo

Me caen como el orto...

Las personas que se persiguen por ser lindas, que se atajan porque les miran un segundo y lanzan un "AY ME HABRÁ MIRADO PORQUE LE GUSTÉ?" con volumen de altavoz y riendo como imbéciles llenos de carne en el buche. Yo apuesto por pensar que me miran porque tengo cara de pelotudo o de empleado mal pago. La próxima que alguien me fiche voy a empezar con "AY TENGO LA MEJOR CARA DE BOLUDO DEL PLANETTTT♥!!!!" y le voy a pegar a un tacho de basura para festejar. Y si queda tiempo le firmo el muro a Larreta para contarle lo que me pasó.

Comprobado

El 98% de la gente prefiere omitir el anuncio de Youtube

viernes, 18 de octubre de 2013

1982

-Me mentiste, nos mentiste a todos.
-Señor yo...
-Nos dijiste que no era en vano el esfuerzo, que el frío no era ningún problema comparado con el enemigo. Nos mentiste.
-Mire, no sé bien qué...
-Y lo gritaste, una y otra vez: ¡Son nuestras, son nuestras!
-Le pido cordialmente, por favor, que...
-Lo peor no fue eso, sino que lo prometiste después, dijiste que las íbamos a recuperar, lo dijiste, yo me acuerdo. 
-Retírese por favor.
-Y yo te creí, todos te creímos. Lloré con la bandera flameando en invierno, al son del himno de mi patria. Lloré y sigo llorando, porque yo me perdí allá, y no supe cómo escapar, porque mi única cuenta pendiente, es la que nunca voy a poder saldar.
-No me deja alternativa, llamaré a la policía.
-Entonces, de golpe, todo me dejó de importar. Sentí el viento y las gotas en mi cara, entendí que no habíamos ganado, que ese momento iba a estar en pausa para siempre y, con todo la tristeza en mi corazón, caí de rodillas al suelo, y empecé a gritar: "¡Son tuyas, son mías, y están vivas! ¡No sé cuánto dure este dolor, pero las Malvinas serán siempre argentinas!"

El hombre se sentó y comenzó a sollozar, inmediatamente llegaron los efectivos policiales, que de inmediato lo llevaron detenido.

domingo, 13 de octubre de 2013

Apagones

-Yo creo que en realidad hay un problema de individualismos, la gente sólo piensa en sí misma. Fijate, esa señora pide plata por el vagón y todos le son indiferentes.
-¿A quién le hablás? -preguntó su novia.
-A vos, a cualquiera que esté viajando con nosotros .

-Si me hablaste a mí -interrumpió uno- te digo que me importó un carajo.

-Además -se sumó otro- lo que dijiste fue inconsistente, seguro es un reflejo de tu personalidad.

-¡Sin duda! -agregó un tercero, que sostenía un diario- fueron los peores 15 segundos de mi vida.

-No quiero llorar -esbozó el protagonista- no quiero.
-Y no llores -replicó su pareja- lo único que falta es que además parezcas maricón...
-¿Por qué siempre ignorás lo que me pasa?
-¿Qué? -miró, confundida- ¿No es obvio por qué? No me puedo hacer cargo de tus emociones todo el tiempo, me molesta que me necesites. Hacete solo, querete vos.
-Te odio -fulminó el chico.
-Claro que no, sin mi contención no podés estar bien -respondió ella, con certeza.
-Te voy a hacer sufrir.
-¿Cómo? ¿Con quién? No sos lo suficientemente lindo ni inteligente como para darme celos, y sé que nunca me pegarías, no sos así. Vamos, relajate, ya se te va a pasar.

El novio bajó en la siguiente estación, sin saludar a su chica.


Una vez que estuvo en la superficie, sacó un atado y fumó varios cigarrillos sentado en una esquina bien iluminada, mientras autos y colectivos sostenían su andar nocturno.

Dos horas después volvió a su casa, y nunca más volvió a hablar con su novia. Eventualmente, ella lo olvidó.






"Vamos las palmas", vamos las bandas

Me dan por las pelotas las bandas que piden palmas. Si a la gente le gusta lo que tocás, se va a copar, bailar, chocar sus manos y saltar, pero el aplauso "de onda", parece ser un consuelo re choto. Nada, eso.

Venganza o falta de criterio. A veces deslealtad.

Entro al cuarto, arranca mi nueva vida. Es horrendo, y empiezo a destrozar las ventanas. 
Me miro al espejo y pregunto "¿quién sos vos? ¿qué querés?". Lo rompo por las dudas, no quiero a nadie más en mi habitación.

Los vidrios están clavados en mis manos, el piso es un charco rojo y, mis dedos, goteando. 
De repente no estoy más solo, ahora me acompaña un desgraciado. Es viejo, está atado a una silla, y su mordaza es verde y hermosa. Se ve culpable.

Salgo con mi cigarrillos y fósforos, prendo fuego mi sangre y me deleito con las llamas. Me alejo muchos metros para mirar la escena.
De repente el condenado salta por la ventana y se va corriendo. Se quemaron las ataduras, y ahora va directo al lago.

Previo a saltar, tropieza y estrella su cabeza contra una piedra. Está muerto, tan muerto como cualquiera que se lo merezca.

Y éste se lo merecía: era injusto, muy cruel. Como yo, gracias a él.

Gracias por tanto, espero volverte a encontrar

No voy a intentar suplir tu lugar, prefiero esperarte del lado oscuro de la orilla y, cuando vea una luz, sabré que habrás decidido regresar. 

Lloraré como un chico, mientras confieso que con vos fui feliz de verdad.

Voy a gritar que te extrañé, y que nunca te pude reemplazar.



Libertad

Para vos es muy fácil decidir, tu resignación y desesperanza me regalan a tu discreción. No estoy haciendo todo lo que querés, pero estoy extrañamente dispuesto a estrellarme una y otra vez, mil veces contra la pared.

¿Será la autodestrucción la mejor forma de eclosionar en un estado superior?

Será, tal vez, que sé que no te necesito, y que sobran almas en derredor.

Libertad, sólo eso quiero yo. Libertad, eso sólo lo tenés vos.



Amanecer

Y ahí estabas, desnuda, durmiendo. Besé tu espalda, y despertaste preguntándome quién era. 
Te dije que hacía mucho te esperaba, y me aseguraste que el sueño duraba más que el cuerpo. Proyecté mi felicidad hasta el fin de mis días con vos y, después de esa mañana, nunca más te volví a ver.

Por Saavedra

Esta es una historia real acontecida hace un rato, quien sufra de socio-sensibilidad no siga leyendo por favor:

Estaba volviendo de salir con una amiga, ambos veníamos en el 110 camino a Martelli.

En el colectivo primero había gente muy bien vestida, de la cual destacaba un chico de camisa rosa que no dejaba de decirle cosas no tan bonitas a una flaca. La chica bajó, y se subieron 4 personajes con buzos holgados, uno de los cuales se sentó al lado del rosadito.
Este nuevo tipo también tenía ganas de gritar cosas, y así lo hizo: se pasó quince minutos alegando que Nueva Chicago era el mejor equipo de Argentina. El nene rosita se calló todo el viaje hasta bajarse.

Mi amiga descendió para ir a su casa y quedé de espectador solitario.

En la esquina de Nazca y Mosconi se sumaron unos 15 nuevos pasajeros al son de "aguante Saavedra", todos del corte wachi, salidos de la bailanta bien piola. Se veían amables, lanzándose groserías entre ellos, pero sin molestar directamente a nadie fuera de su círculo. Mientras tanto, el señor de chicago se había puesto a meditar.

Previos a llegar a Albarellos y Constituyentes, chikagu increpó a los jóvenes con el apoyo de sus amigos: "¿Son de Saavedra? Me la banco con cualquiera de ustedes".

A esto le siguió un brevísimo intercambio de palabras que, llegado el colectivo a la esquina, se transformó en una pelea en la vereda tras abrirse las puertas.

Por una cuestión númerica, los Saavedra boys redujeron a sus contrincantes que, cuando el chofer arrancó (sí, esperó a que terminara la pelea para seguir el camino), arrojaron piedras al vehículo.

Una vez que la vorágine post-fight terminó, un jovencito se acercó a otro integrante del grupo, y le preguntó:

-¿Wacho por qué no bajaste a pelear?
-No me voy a meter en esas secuencias raras que tienen ustedes
-Wacho sos un cobarde, peleamos por Saavedra, ¡por Saavedra!

Besos

Besos sin culpa ni contexto, hoy no nos jugamos el puesto. Qué ricos que son... ¡Qué paz le dan al corazón!

Restó chetó

Yo no sé por qué hay gente que en los restaurantes caros mantiene la postura. Con lo que te cobran deberías tener derecho a comportarte como un animal.

Dudosa complexión

-A veces querer implica no quererse, lo sé. Pero por favor, ¿podés decirme qué pasa? Necesito al menos una certeza sobre nosotros, sólo una, si estamos cortejando, si somos amigos, o si nuestra relación se basa únicamente en hablar casualmente. Si me lo decís voy a poder estar mejor.
-...
-¿Entonces?
-Disculpá, no te escuché, ¿qué me dijiste?

Recuperando la fe

Era tarde en la noche, ya era hora de volver a casa, pero el chico se desvió unas cuadras, hasta llegar a las puertas de una iglesia, ubicada a mitad de cuadra. Subió las amplias escalinatas, donde yacía un pordiosero, y se adentró directamente en el templo. 

Lentamente caminó hacia el primer banco, mientras observaba con expresión maravillada el arte que inundaba el techo y las paredes. Se sentó, miró fijo el altar y, con tono pesado, susurró: 

-Pensé que nunca iba a volver -ladeó la cabeza y tragó saliva- pero acá estoy, con las ideas más claras. 

Tomó una pausa, miró una de las imágenes que estaban cerca suyo, y prosiguió: 

-Es que estaba enojado, sin nada por qué seguir... pero no vine a explicar, estoy seguro que vos sabés todas mis razones. Hoy sólo te vengo a agradecer, porque todo está mejor, mi familia, mi casa, mi actitud, y porque esta tarde conseguí trabajo -suspiró y prosiguió- fue todo tan difícil... ¡no entiendo por qué me abandonaste tanto tiempo!

El jovencito soltó un par de lágrimas y, para fomentar el llanto, agachó la cabeza y agregó:

-Sigue siendo difícil, vivir cuesta tanto, y la felicidad asoma tan escasamente -secó sus lágrimas, tomó aire, y alzó su mirada hacia el altar- Pero ahora voy a estar mejor, porque entendí que vos siempre estuviste ahí, que nunca me abandonaste, que me pusiste pruebas para que aprendiera el valor del esfuerzo. Simplemente gracias, te prometo que me verás de vuelta acá, te lo prometo de verdad, si esa es tu voluntad.

Con poca prisa se levantó y, antes de abandonar el edificio, se persignó sonriendo esperanzadoramente. Apenas cruzó la puerta le dejó unas monedas al pordiosero, que dormía plácidamente, y enseguida bajó las escaleras y enfiló hacia la esquina, para de ahí seguir caminando hasta su casa.

El chico tomó noción de la hora que era, por eso sacó el celular del bolsillo para llamar a su madre, y avisar que ya estaba en camino.


Ni bien tomó el teléfono, sintió un brusco empujón, que lo estampó contra la pared:

-No hagás bardo y dame la plata -dijo uno de los agresores.

-Dale amigo, calladito y no te hacemos nada -añadió el otro, amenazándolo a punta de pistola.

Sin emitir una palabra por el miedo, la víctima entregó su billetera, y le sacaron de la mano el celular.

-Andate por donde viniste, para allá, dale dale, calladito -apuró y empujó el ladrón, que emprendió junto a su compañero el camino contrario.


El joven agredido se alejó a paso ligero y muy nervioso, murmurándose palabras de aliento:


-No me hicieron nada, estoy bien, estoy bien.


Pasando nuevamente por la entrada de la iglesia se escuchó un fuerte estruendo, que derivó en la caída abrupta del muchacho. Instantáneamente las baldosas empezaron a mancharse de sangre.
Los delincuentes llegaron corriendo y, mientras él temblaba de agonía, le sacaron el reloj y las zapatillas. Luego escaparon ágilmente.

Si no te dicen el precio, debe ser porque es caro

Punto.

Ella desestima cualquier otra perspectiva

Hace algún tiempo el chico estaba esperando a que abriera un banco, para poder retirar su sueldo. 
Durante ese lapso, pasó una chica con una remera que decía "Love is the answer" (Mind games-Lennon), y se la quedó mirando todo el trayecto que caminó delante suyo, porque estaba muy acostumbrado a leer "All you need is love" y le pareció refrescante encontrar una distinta. En toda esta situación hasta esbozó una sonrisa a modo de "¡qué buena onda!", y un leve asentimiento con la cabeza. Cuando la dama lo notó, dijo:

-¿Qué mirás pajero?
-Me gusta tu remera.
-¿Con eso me querés chamuyar?
-No, sólo me gusta tu remera.
-Inventate algo mejor capo.
-Es paradójico que te calces una prenda que diga "Love is the answer" y te comportes así.
-¿Por qué? el amor es sólo para los que querés, no para cualquiera que se te cruce.
-¿Y cómo podés empezar a querer a alguien que no conocés siendo tan hostil?
-No necesito a nadie más, ya me alcanza con los que quiero ahora, y con ellos no soy hostil.
-¿Y si ellos mueren?
-Los extrañaré.
-¿Y si se van lejos?
-Los llamaré.
-¿Y si te fallan?
-Los olvidaré.
-¿Y si te quedás sola?
-Me lamentaré.
-Hasta luego entonces.
-Chau, buen día.

El héroe del subte

Cuando estaba por subir al subte, la chica sintió un tirón en su brazo. Apenas se dio vuelta notó que un chico, de unos diez años, se había llevado su bolso. 

"¡Ayuda, policía, agárrenlo, policía!", gritó en señal de socorro. 

Un policía corrió al instante en búsqueda del pequeño ladrón y logró alcanzarlo en pocos pasos. Luego lo puso contra el suelo mientras le apretaba el pecho con el pie.

"Dame el bolso", apuró el servidor público. El chico no contestó nada, por lo que el hombre intentó, infructuosamente, sacárselo por la fuerza.

"¡Soltalo pendejo, no te hagas el vivo!", gritó y el pequeño amagó a dárselo. Cuando él agachó un poco el cuerpo, el niño le mordió la pierna y siguió corriendo.
Inmediatamente el policía se reincorporó, sacó su pistola, y disparó tres veces al ladronzuelo en su espalda.

Tras unos breves segundos de silencio, todo el andén comenzó a aplaudir, la chica damnificada se acercó al nuevo héroe, y le dijo:

-Gracias oficial, tengo un montón de apuntes importantes en este bolso, gracias.
-No, por favor -respondió humildemente- sólo cumplí con mi trabajo señorita.
-¡Gracias, gracias, gracias! -reiteró, y lo besó en la mejilla.

Una vez que terminó la conmoción, todo volvió a la normalidad en el subte. El cuerpo del asesinado permaneció en el mismo lugar que había caído al morir, mientras la gente continuaba su ir y venir diario.

Cuando el servicio de subterráneos cesó su actividad laboral, los empleados de limpieza lo pusieron en una bolsa, y dejaron el piso reluciente.




Por Tomás Bitocchi

Por las dudas

-¿Me querés?
-No
-¿Me amás?
-Tampoco.
-Entonces... ¿por qué me mantenés al lado tuyo?
-Por si cambio de opinión.

Los valores verdaderos

Subió una señora de unos sesenta años al colectivo, lleno, como de costumbre. Avanzó hasta los asientos del fondo, puesto que los que tenían prioridad estaban ocupados por personas con algún tipo de deficiencia.

Al llegar a uno de los individuales le pidió a un joven el lugar; él estaba escuchando música, por lo que no la oyó. A continuación, tocó su hombro:

-¿Qué pasa? -dijo el chico, sorprendido

-¿No me das el asiento? -apuró gentilmente la señora

-No, estoy cansado, disculpá

-Soy una señora grande… ¿no podrías hacer el esfuerzo?

-No -replicó aprensivamente el muchacho, y reiteró sus disculpas

La mujer, indignada, levantó los brazos y miró alrededor en busca de algún tipo de apoyo.
Al notar la total abstracción de los pasajeros, le habló a una chica, que estaba leyendo una novela de Poe:

-¿A vos te parece?, toda una vida de trabajo, todo el día a las corridas… ¡y me niegan el asiento!

La jovencita le contestó sólo con una breve mirada, y enseguida prosiguió su lectura.
Aún más azorada que hacía unos momentos, la sexagenaria se dirigió a un chico que estaba repasando para un examen y, ya con tono imperativo, arrojó:

-Dame el lugar por favor

-No -contestó de mala gana el estudiante, sin siquiera levantar la vista

-¡Dámelo! -gritó ella, mientras lo tomaba del hombro

-¡Suélteme señora! ¿Quién se cree que es?

-¡Alguien que se rompió el alma toda su vida y solamente quiere sentarse para descansar en el camino a casa!

-Cállese señora -interrumpió, airada, una chica bien vestida, que previamente chateaba con el celular

-¡No me calles pendeja!

-Todos estamos cansados señora, no se puede hacer sólo lo que usted quiere -atinó la joven que leía a Poe

-Debería importarles el respeto a los mayores, por eso esta sociedad está arruinada, se perdieron los valores verdaderos -proclamó la agitadora

-No señora -interrumpió el estudiante- esta sociedad fue arruinada por su generación, política e ideológicamente

-Es increíble lo que estoy escuchando, ustedes tendrían que…

-¿Usted cree que a nosotras, las chicas jóvenes, nos gusta que las viejas nos impongan prototipos de vida machistas? -irrumpió violentamente la lectora- Estoy harta de que los tipos me acosen sólo porque creen que voy a aflojar por su insistencia, ¿sabe de dónde sacaron eso? ¡De mujeres de su tipo!

-Váyase señora -pidió la chica del celular

-Sí, bájese -agregó el estudiante

La mujer, dolida y resignada, descendió del colectivo y emprendió a pie el camino hacia su casa.
En el trayecto, aún consternada, llamó a su marido:

-Hola, ¿ya estás llegando? -atendió él

-Sí, estoy a unas cuadras, ¿ya comiste?

-No no, cuando llegues me cocinás algo

-¿No pudiste hacerte algo vos? Sabés que vuelvo cansada, y que encima tengo que levantarme temprano a la mañana para hacerte el desayuno…

-La cocina no es mi lugar, dale, que sos buena cocinera

-Bueno, está bien –respondió, entre suspiros- en un minuto estoy

Tras cortar el teléfono caminó unos metros más, hasta llegar a una cuadra de su hogar. Se sentó en la entrada de una casa y, luego de mirar por algún tiempo un punto fijo, comenzó a llorar.

Después de varios minutos de lamento, secó sus lágrimas y fue a hacerle la cena a su esposo.