Almaty, Kazakhstán, 00:07. Próximo destino: Kiev, Ucrania. Año 2016.
Llegué 5 horas antes que saliera mi vuelo. En parte porque siempre llego tempranísimo a los aeropuertos, y también porque calculé mal con el taxi. La última vez que había pedido uno en Almaty, había demorado alrededor de una hora en pasar a buscarme. No quería correr el riesgo de perder el avión pero, al final, el coche llegó a tiempo, y no me quedaba otra que matar unas cuantas horas ahí.