-No, flaca, entendeme, yo quiero hacer una publicidad bien impactante, bien sexual.
-¿Qué tiene en mente, señor?
-No, flaca, entendeme, yo quiero hacer una publicidad bien impactante, bien sexual.
-¿Qué tiene en mente, señor?
Ese verano lo pasé en uno de esos pueblos costeros de la provincia de Buenos Aires. Ya separado y lejos de mis pocos amigos, quise empezar de nuevo. Quién sabe, quizás en ese proceso hasta podría desligarme de mi familia.
Estuve cinco días en una cabaña, y sólo fui a la playa una vez. La mayoría del tiempo lo pasé caminando en el pueblito y lamentándome por todo en mi cama.