martes, 28 de junio de 2016

Ástrid - Parte 17



La vereda de enfrente


Finalizada la llamada, atendí el timbre y le avisé a Helena que enseguida le abría, pero me dijo que justo ingresó alguien al edificio y que entraría a la par de esa persona, así que no era necesario que yo bajara para darle la bienvenida. Sólo tenía que esperarla en mi casa.

Ástrid - Parte 16



Sueños y despedidas


Ese lunes, antes de salir al trabajo, envié un mensaje a Ástrid a la mañana, para desearle que tuviera un buen día. Pasó toda la jornada laboral, y no obtuve respuesta alguna. De hecho, me aparecía que ella había visto lo que le escribí pero, aparentemente, mis palabras no ameritaban que ella me contestase.

domingo, 26 de junio de 2016

Ástrid - Parte 15





Mundos enfrentados


Mientras miraba el colectivo alejarse, mi cuerpo rebalsaba de emoción, no podía estar más feliz. Ástrid finalmente se estaba abriendo a mí, más allá que fuera lentamente.

martes, 14 de junio de 2016

Ástrid - Parte 14




"Pensar demasiado"

Cuando terminé de leer el mensaje, me sentí un poco aliviada. Tras una noche de recuerdos y planteos peligrosos, unas palabras tiernas pueden hacerte sentir un poco mejor, aunque no representen más que una breve caricia.
El problema es que, si las caricias son sobre heridas abiertas, lo único que puedo transmitirle al otro son vestigios de mi dolor. Y yo no quiero dañar a nadie. ¿De qué valdría abandonar mi soledad para hacerle mal a un tercero? Esa no es forma de vivir. No la que yo quiero, al menos.

viernes, 3 de junio de 2016

Ástrid - Parte 13






El mensaje


Mientras el taxi continuaba su marcha, y las luces de los faroles se sucedían fugazmente, no podía sacarme de la cabeza una pregunta que me perseguía desde chica: “¿Por qué no hay relojes en la calle?”.
Desde que tengo memoria, apenas habré visto un par de relojes erigidos en la vereda. Irónicamente, ninguno de ellos en hora. De hecho, una vez le pregunté a mi mamá por qué prácticamente no se veía ninguno en la calle. “Ni idea, hija, ¿para qué querés relojes en la vereda?”, me contestó.