martes, 4 de mayo de 2021

Fantasmas en la pandemia


Me invitó a salir una chica y acepté, como para tener alguna nueva experiencia. Como "salir" no se puede, nos vimos en su casa. Vive en un monoambiente, como casi todos los de mi generación.

Comimos pizza, tomamos vino, y después pedimos un helado y miramos una película. "Parecemos novios haciendo estas cosas, ¿no?", bromeó, y me reí. Es que es cierto, es el plan por excelencia de las parejas. 

Terminada la película, intenté acercarme físicamente, pero me dijo que ella era asexual. Indagué un poco al respecto, porque mi relación con el sexo es disímil a la suya. Al final no era asexual, sino que se excitaba con otras cosas, algunas de las cuales no me animo a escribir.

Como justificándose por no querer tener relaciones esa noche, me dijo que un día podríamos hacerlo, pero que para eso pasara tendríamos que armar algún tipo de plan. 

Su idea era ir a un bar, cuando se pudiera, y detalló: "Me gustaría no tener corpiño o ir sin bombacha, y que charlemos toda la noche y apretemos un rato así, mientras me manoseás un poco. Preferiría un lugar con luces bajas, así no estoy tan expuesta. Tengo ganas de hacer eso hace un montón, si te copás, me caso, ja ja". 


-¿Nadie se copó con esa idea? -pregunté.

-No se la propuse a nadie, honestamente. O sea, sí, a mi ex, pero nadie más.

-¿Tu ex no quiso?

-No, no quería que otros me vieran así. Y fue un bajonazo, porque a mí justamente me calienta que otros miren. 

-¿Seguís hablando con tu ex?

-¿Hago mal en nombrarlo? ¿Te da cosa? Decime si querés que no lo mencione -se atajó, debido al tono con el que formulé la pregunta.

-No, no hacés mal, sólo que no es común que alguien hable de eso en el primer encuentro -me justifiqué, pobremente.

-Claro. Ok, entiendo -hizo una pausa, y continuó- Pensé que eras más relajado.

-¿Fue muy rígido mi comentario?

-Un poco. Tampoco flasheé que fueras un hippie, eh, pero me agarraste por sorpresa con esto.

-Perdón. Estoy un poco oxidado. Sos mi primera "cita" en un año y no sé cuánto. Sigo nervioso -expliqué.

-Me estás jodiendo, ¿hace tanto no salís con una piba? 

-No, no te jodo. Mucho tiempo en pareja, ja ja.

-Uy, boludo, y yo hice manso plan de noviecitos y encima ni cogimos, no me odies por favor ja ja.

-¡Para nada, si la estoy pasando bien!

-Si querés podemos hacer algo...

-¿A qué te referís con "algo"?

-No sé, ¿qué te gustaría? -dijo, pasándome la mano por encima del cierre del pantalón.

-No seas boluda, no es obligatorio coger.

-¿Seguro?

-Sí, en serio.

-Gracias, me alivia eso. La otra vez vino un pibe, le hice la misma propuesta esperando que dijera que "no", y terminé escupiendo en el baño diez minutos después. Por lo menos fue rápido el trámite. 

-¿Y para qué se lo propusiste si no querías?

-Para ver qué clase de tipo era...

-Ah, claro, bien jugado.

-Esa para mí es una prueba clave, si el chabón te dice que está todo bien aunque no haya sexo, ya suma puntos. 

-¿Por qué te separaste de tu ex? -pregunté, cambiando rotundamente de tema.

-Era muy denso, y un poco celoso.

-¿Hay más explicación o quedamos limitados a ese telegrama?

-Es que pensé que no querías que hablara de eso... -dijo, con algo de confusión

-Perdón, sí quiero saber, sólo me quedé sorprendido antes, pero ya estoy entrando en calor.

-Ok. Mirá, qué sé yo, no era mal pibe, pero se reconcentró en la pareja, y absolutamente todo lo bueno y lo malo recaía en mí. No tengo drama si mi pareja no tiene amigos o familia, pero me da un toque de paja ser su única persona de confianza si tengo que estar disponible 24/7. Y digamos que... Soy un poco territorial. Bah, cualquier persona que vive sola se vuelve territorial, por lo que no me cabe que me estén invadiendo mi espacio. ¿Vos también vivís solo, no?

-Sí, pero hasta hace un mes vivía con mi pareja.

-¿Y no tenías ganas de pegarte un tiro a veces?

-Ja ja ja, Dios, ¡no!

-Bueno che, yo odiaba vivir con él.

-A mí me gustaba vivir con ella, pero la casa quedaba un poco chica a veces. 

-Pero claro que queda chica. Pensá que nuestros viejos vivían en casas de 4 ambientes con jardín y las compraban. Nosotros alquilamos, con toda la incertidumbre que eso conlleva, y encima alquilamos estos sucuchos de mierda donde ni entra la luz del sol. No es sano vivir así. No hay pareja que aguante.

-Pará -frené, dándome cuenta de algo.

-¿Qué?

-¿Conviviste con él? 

-Sí, ja ja, pasó la de siempre: Me puso cara de perrito mojado y bueno, acepté... 

-¡Qué cínica sonaste diciendo eso!

-Ja ja, dale, ¿quién sos, San Boludo? Si siempre hay uno en la pareja que hace eso. Uno domina y el otro ruega. El que ruega es el que termina hablando mal de vos a todo el mundo cuando se separan, y piensa que todo es tu culpa.

-¿Y el que domina qué hace cuando se separa?

-Se vuelve alcohólico y navega en la autodestrucción.

-¿Te pasó?

-¿Por qué lo preguntás en pasado? ¿No viste la cantidad de botellas de vino que tengo sin tirar? -dijo, señalándolas con tono jocoso.


Miré las botellas y sí, efectivamente, eran muchas. Mientras las observaba, ella bostezó, y le propuse dormir, ya que era tarde y ambos trabajábamos a la mañana. 

Nos abrazamos, y nos entregamos al sueño. 


Al despertar desayunamos un café con leche con unos churros que ella bajó a comprar a la panadería mientras yo seguía en la cama.


-Gracias por este gesto -le dije.

-De nada, tenía ganas de mimarte. 

-¿Hacés esto con todos los chicos que vienen? -pregunté.

-Sí, casi todos. Repito la fórmula porque parece que gusta, ja ja. Igual, si el chabón me cae mal, no, no lo hago.

-Gracias, posta. 

-Podés agradecerme disfrutando tu desayuno -contestó, y me dio un beso en la frente.


Pocos minutos más tarde me pedí un auto y nos despedimos. Le pregunté si nos íbamos a volver a ver, y me contestó con una sonrisa, seguida de un "¿a vos qué te parece?". Me fui emocionado, como hace mucho no lo estaba por algo. 


Lamentablemente, ya pasó bastante tiempo de ese encuentro, y no hay perspectivas de otro. Le escribí los primeros días, como para sacar charla, pero me contestaba cada dos o tres horas con mensajes muy escuetos, así que desistí por un tiempo.

Hoy volví a escribirle, y se repitió el formato previo.


Frustrado, no pude evitar preguntarme: ¿Habré hecho algo mal, y no me di cuenta? ¿Por qué no querrá volver a verme? 


Bah, siendo completamente honesto, hay razones para que no quiera volver a verme. Quizás hice muchas preguntas, o no le gusté mucho, no le parecí interesante... En fin, hay mil variantes para explicar esto. 

Por ahí solamente quiere verme cada tanto, cuando está al pedo, o simplemente cuando tiene ganas específicamente de verme a mí. 

Pensé en preguntarle por qué está tan esquiva desde que fui a su casa, pero la verdad es que no importa. Fue sólo una cita, y las citas tienen mucho de entrevista de trabajo: Damos lo mejor posible y la remamos a como dé lugar, tanto el entrevistado como (idealmente) el entrevistador. Acá se dio que ambos dimos todo.


Y no puedo enojarme con ella por haberse comportado en nuestro encuentro como lo haría en su mejor condición. 


De hecho, las primeras veces siempre muestran lo mejor de nosotros, lo peor (o lo más realista) viene con el tiempo: El estancamiento, la repetición, el aburrimiento. Es normal, ¿de verdad esperan que toda la vida seamos geniales, nos interese la misma persona con la misma intensidad, o que saquemos magia de la galera? 


No tiene sentido escribirle "che, ¿qué onda? ¿No me querés ver más?". Ella no me debe nada. 


Por otra parte, ¿qué podría responderme? "Me gustaste, pero no tanto como para repetir". Y eso ya lo sé, no cambia nada que lo verbalice. 


No necesito que ella lo diga para yo entenderlo, puedo comprender una señal tan evidente como la ausencia. 


Además, yo no voy a cambiar lo que sea que ella señale que no le gustó. No quiero modificarme para gustarle, quiero atraerla como soy, y no por las correcciones que yo vaya haciendo conforme a su devolución. 


Por más que una entrevista de trabajo y una cita se parezcan, sigue habiendo una diferencia que es clave: Yo el trabajo lo necesito y voy a hacer cualquier cosa con tal de conseguirlo, y esa lógica aplicada al amor (y aledaños) es peligrosa. 


Por eso me repito: No está interesada, ya está. No hay que hacerse la cabeza, así son las cosas. 

Esto no me hace peor ni mejor, sólo significa que no me quiere volver a ver.





No hay comentarios:

Publicar un comentario