En sus ojos negros veo el infinito del universo.
Floto entre sus brazos, y me aterra la inmensidad de la nada, pero su voz me calma con palabras tiernas.
Palabras que recuerdo cuando me siento abrumado, y cuando creo que nada vale la pena hacerse.
Con ella, es distinto. Algo vale la pena. Aunque sea estar al lado suyo.
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