Te ofrezco mi amistad

“Te ofrezco mi amistad”, le dije a Paloma, y me ignoró.

A ella la sigo hace tiempo en redes sociales, pero lo máximo que hemos hablado fueron 20 líneas. ¿Por qué le ofrecí mi amistad, entonces? Porque deduje (mirando sus publicaciones) que suele estar de buen humor, y que es una chica con mucho empuje.

Alguien podría decirme “qué poco científico es tu método”, y tendría razón. El tema es que, como ya hemos notado, en esta época no importan tanto la ciencia ni la razón, sino más bien lo que uno siente. Y si yo siento que Paloma es así, entonces debo actuar como si fuera cierto.

En definitiva, como cualquier conclusión infundada puede ser un estandarte aceptable, me animé. Probablemente, mi próxima bandera sea la Tierra plana o alguna burrada por el estilo.

En fin, a pesar del silencio inicial, dos semanas después Paloma me contestó: “Hola, ¿qué incluye tu amistad?”. 

“Escucharte, tomar mates y comer pancitos o algo dulce, pasear durante el día, ponernos en pedo cada tanto. Esa sería mi oferta inicial, pero podemos ir charlando”, contesté.

-Hm. ¿Salir a bailar te gusta? -consultó.

-No, disculpame.

-Qué paja, se ve que los tipos que van a bailar solamente lo hacen para enganchar mujeres.

-No sabría decirte.

-Vos decime que sí -incentivó ella.

-Sí, tal cual, Paloma.

-Decime “Palo”, me gusta más.

-Sí, tal cual, Palo -respondí, siguiendo la indicación.

-¿Fumás mucho porro? ¿Te ponés violento cuando tomás alcohol? -continuó indagando.

-No sé ni dónde se consigue porro. El alcohol me pone mimoso.

-Buenísimo. Yo fumo puchos industriales, ¿te jode el olor a cigarrillo? 

-No, a ver, destruye mi salud, pero no me jode -expliqué.

-Bueno, ok, te digo lo que pienso hasta ahora: Me interesa tu propuesta de amistad, pero me gustaría saber si también podemos incluir series y películas. Mi novio siempre se queda dormido y nunca puedo hablar con nadie de lo que miro. 

-Por supuesto que se puede incluir. Me gusta ver series y películas.

-Excelente, acepto tu amistad entonces... ¿Ahora qué habría que hacer?

-¡Vernos!

-Dah, qué paja. 

-No digo hoy, sino cuando vos puedas -argumenté.

-Bueno, yo te aviso, hablamos.