-¿Querés que nos veamos esta semana?
-Disculpá, estoy a mil, no puedo.
-Nunca podés, si no querés que nos veamos decímelo y listo.
-Es que me caés súper bien y todo, pero no pensé nada más allá de chatear.
-Flaca, la semana pasada nos mandamos fotos en pelotas, ¿me estás boludeando?
-¿Qué tiene que ver eso?
-Que claramente me tiraste onda, ¿y ahora tengo que creerte que sólo querías "chatear"?
-No te tiré onda, chabón, estaba caliente nada más.
-¿Y hacés cualquier cosa cuando estás caliente?
-Sí.
-O sea que, básicamente, me usaste para pajearte.
-No te usé, vos también te pajeaste. No entiendo el problema, ¿cómo podés ilusionarte con tan poco?
-¿"Tan poco"? Disculpame, pero no me parece poco.
-Bueno, a mí sí, pensalo como que fue sexo casual virtual. Sin compromisos ni ataduras. Ahora a otra cosa.
-Sí, a vos te conviene que no haya compromisos ni ataduras porque así no me tenés que dar explicaciones.
-Chabón, no seas denso, siempre hablamos lo más bien, ¿para qué te metés en este barro?
-Está bien, no hablo más del tema, pero me parece que tendrías que hacerte responsable de tus acciones.
-Yo me hago responsable. Estaba excitada, vos estabas ahí, y jodimos un rato. Y eso fue todo.
-Pero vos creás ilusiones con eso que hacés.
-Yo no manejo la mente ajena. Que no hablemos el mismo idioma no es culpa tuya ni mía, estos malentendidos pasan constantemente.
-No es un malentendido, si me dijiste que te encantaría verme y hacerme de todo.
-¡Estaba caliente, loco! Podría haber dicho absolutamente cualquier en ese momento.
-O sea que, ¿yo no te gusto?
-Sí, pero sólo para sexo virtual.
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